CÁMARA AL CUELLO
Cuando aprendes que en cada pequeño rincón se esconde una pequeña maravilla esperando ser descubierta, que ese rincón en si mismo puede convertirse en algo precioso con la mirada adecuada, que cada pequeño instante es irrepetible... no vuelves a salir sin tu cámara al cuello.
Lo que empezó por hobbie, se ha convertido en diversión, trabajo y necesidad; necesidad de atrapar momentos, guardarlos para el recuerdo, para compartirlos con los demás y disfrutarlos nuevamente.
"Tan solo un momento..." hace falta para capturar ese instante mágico en que algo se convierte en un pedacito de tiempo congelado, en un fotograma, "...para conservarlo eternamente".
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